sábado, 10 de marzo de 2012

Gogol traducido en la Argentina por Alejandro González

Una nota firmada por Fulvio Franci y publicada en Rusia Hoy del 14 de febrero pasado, donde se da cuenta de una nueva traducción de Tarás Bulba, realizada por el traductor argentino Alejandro González.

Nueva traducción al español de Tarás Bulba
la novela de Gógol

En una de esas frases que se repiten hasta el cansancio, Dostoievski afirmó que “todos hemos salido del capote de Gógol”. El gran escritor señalaba la importancia de Gógol, uno de los primeros escritores rusos y creador de un personaje – Akaki Akákievich, protagonista del relato "El capote" – que fue el primer reflejo literario del funcionario pobre de San Petersburgo, un tipo social casi ausente en la literatura hasta ese momento. Con Gógol, la narrativa rusa se orienta hacia la representación realista, afirmando el espíritu que tendría en las décadas siguientes, en las obras de Dostoievski, Turguéniev, Tolstói, Chéjov y, ya en el siglo XX, Bulgákov y Platónov, sólo por nombrar a algunos. Pocas narrativas han sido tan prolíficas como la rusa.

Entre las obras narrativas de Gógol, quien vivió entre 1809 y 1852, se destacan su gran novela inconclusa Almas muertas y sus colecciones de relatos: Veladas en un caserío cerca de Dikanka, Mírgorod y los Relatos de San Petersburgo. De los textos incluidos en esos libros el que ha tenido más vida independiente es, seguramente, la novela Tarás Bulba, de Mírgorod (1835). Quizás, a causa de que la novela presenta muchísimas puertas de acceso, hasta se ha publicado en colecciones de “literatura juvenil”. Es, a la vez, historia y descripción de la vida de los cosacos zaporogos, novela romántica, poema épico, novela histórica, relato de aventuras, prosa lírica y manifiesto nacionalista. En suma, ofrece una variedad de lecturas que la vuelve atractiva y a la vez difícil de clasificar, aunque siempre ha primado el marbete de “epopeya heroica”.

Tarás Bulba, el cosaco rudo y primitivo que da nombre a la novela, es un fiel representante de su época. Hecho a la vida militar, su principal preocupación es que sus dos hijos, que al comienzo de la novela regresan a su hogar después de un largo tiempo de estadía en un seminario, crezcan como buenos cosacos, con su valores, sus costumbres y sus conocimientos fundamentales.

A partir de este momento, la novela es un gran fresco de la vida de los cosacos: su comunidad, su independencia, la defensa incondicional de la religión ortodoxa. La acción, que se remonta al siglo XV, se desarrolla en un medio seminómade: acciones, personajes y naturaleza están íntimamente relacionados, lo que da lugar a bellísimas imágenes.

Los relatos de las dos primeras obras publicadas por Gógol se desarrollan en el ambiente rural de la aldea ucraniana. En los relatos de Dikanka encontramos apariciones fantasmales, creencias populares, bailes, costumbres y hasta al diablo como un personaje más. En ellos, Gógol se proponía acercarle al lector la riqueza folclórica de su país, al punto que la edición incluía un glosario de voces ucranianas, desconocidas para el ruso de las ciudades. Así, el autor se presentaba al lector como traductor de un mundo lejano.

La presente traducción
La editorial Losada ha publicado en su Colección Aniversario una nueva traducción de Tarás Bulba. Las aventuras del caudillo cosaco pueden leerse, por fin, en una versión ágil, agradable y en un lenguaje accesible a todos los lectores de habla hispana, que evita los habituales dialectismos y arcaísmos españoles que tanto han hecho sufrir, durante décadas, a los amantes de la literatura rusa.

Afortunadamente, en estos últimos años se están publicando en la Argentina traducciones directas del ruso más universales que aquellas a las que los lectores estaban acostumbrados. En estas traducciones ya no se le exige al lector el esfuerzo de “retraducir” mentalmente a su lengua viva formas prácticamente muertas o ajenas.

El traductor de Tarás Bulba es el argentino Alejandro González, de quien es posible encontrar una gran cantidad de traducciones publicadas, la mayoría de autores clásicos rusos: Dostoievski, Chéjov, Turguéniev. Su traducción nos permite afirmar que González no sólo traduce, sino que además sostiene una idea clara sobre el oficio de la traducción, implícita en su trabajo: le da prioridad a la inmediata comprensión del lector, a la sencillez y a la claridad del texto. El principal mérito de este nuevo Tarás Bulba es que el lector olvida que está leyendo una traducción y se mete de lleno en el texto, como si estuviese leyendo directamente al autor.

Tanto Tarás Bulba como los restantes relatos de Mírgorod  señalan el desplazamiento de la obra gogoliana del relato breve y folclórico al desarrollo de una acción compleja y de uno o más personajes ligados a esa acción. El interés literario desplaza al interés etnográfico. El glosario ucraniano pierde relevancia a medida que la obra se vuelve más universal y en este punto la presente traducción tiene el acierto de haber reducido al mínimo las palabras rusas y las notas al pie. Como resultado, el lector no pierde de vista que está leyendo literatura y no un tratado de cultura rural ucraniana.

La belleza de las descripciones líricas de Gógol, principalmente asociadas al paisaje estepario, se ha conservado por completo en la traducción: “Nunca había pasado el arado por aquellas inconmensurables olas de plantas salvajes, sólo holladas por los caballos que se ocultaban entre ellas como en un bosque… Toda la superficie de la tierra se ofrecía como un océano entre verde y dorado por el que brotaban millones de flores diferentes”.

También las escenas de desenfreno de los cosacos resultan muy efectivas: “en medio de la muchedumbre bailaba con frenesí un joven zaporogo con el gorro ladeado sobre la oreja y con las manos bien en alto. No hacía más que gritar: ‘¡Toquen más rápidos, músicos! ¡Fomá, no escatimes aguardiente a los cristianos!’ Y Fomá, con un ojo amoratado, servía a granel en inmensos jarros a todo el que llegara”.

En Tarás Bulba, el lenguaje poético alterna con el lenguaje épico. Durante la lucha entre los cosacos y las tropas polacas nos parece escuchar los gritos de los soldados, el choque de las armas, los relinchos de los caballos, las palabras con que se azuzan los contendientes antes de la lucha. Resultan muy expresivos los bellos símiles, característicos de la épica: “A semejanza de un gavilán que, suspendido en el cielo, describe muchos círculos con sus vigorosas alas, se detiene de pronto, queda estático en el aire y sale disparado como una flecha sobre una codorniz que trina sobre el camino, el hijo de Tarás, Ostap, se lanzó sobre el suboficial y le lanzó una soga al cuello”.

Como afirma González en el Prólogo, “el libro merece ser leído más atendiendo a su verdad poética que a la verdad histórica”, como ocurre con todo poema épico. La novela es también un pretexto para que el autor enuncie algunas ideas nacionalistas, patentes en los encendidos “discursos” de Tarás: “¡Ya ahora lo sienten los pueblos lejanos y cercanos: se levantará de la tierra rusa un zar y no habrá fuerza en el mundo que no se le someta!” El narrador completa la idea esbozada por su personaje: “¿Pero acaso habrá fuego, tormento o fuerza en el mundo capaz de quebrar la fuerza rusa?”

En conclusión, la presente traducción de Tarás Bulba constituye una excelente propuesta para el lector de habla hispana, una lectura amena, emotiva y a la vez, como expresa el traductor en el Prólogo, una invitación a que el lector “viaje al mundo de esos bravos cosacos de la estepa y se sumerja en una de las obras más representativas de la literatura rusa”.


N. V. Gógol, Tarás Bulba , Buenos Aires, Editorial Losada, 2011. Traducción directa del ruso de Alejandro González.


Del mismo autor (se consiguen en librerías de Buenos Aires):

Roma, ed. Minúscula.

Las veladas de Dikanka, ed. Gredos.

Mirgorod, ed. Alba.

Los relatos de San Petersburgo, varias ediciones.

Almas muertas, varias ediciones.


Del mismo traductor:

A. P. Chéjov, El jardín de los cerezos, El oso, La boda, Buenos Aires, Ed. Losada, 2010.

A. P. Chéjov, El aniversario, El canto del cisne, El pedido de mano, En el camino real, Sobre el daño que causa el tabaco, Trágico a la fuerza, Tatiana Répina, La noche antes del juicio. Buenos Aires, Ed. Losada, 2010.

A. P. Chéjov, Ivanov, El fauno, Buenos Aires, Ed. Losada, 2010.

A. P. Chéjov, Platónov, Buenos Aires, Ed. Losada, 2010.

A. P. Chéjov, La dama del perrito y otros cuentos, Buenos Aires, Ed. Losada, 2011.

A. P. Chéjov, El beso y otros cuentos, Buenos Aires, Ed. Losada, 2011.

A. P. Chéjov, El escritor y otros cuentos, Buenos Aires, Ed. Losada, 2012.

A. P. Chéjov, Vérochka y otros cuentos, Buenos Aires, Ed. Losada, 2012.

Fiódor Dostoievski, Memorias del subsuelo, Buenos Aires, Ediciones Colihue, 2006.

Fiódor Dostoievski, Noches blancas, El ladrón honrado, Buenos Aires, Ediciones Longseller, 2007.

Fiódor Dostoievski, La patrona, Buenos Aires, Editorial Losada, 2009.

V. I. Lenin, El estado y la revolución, Buenos Aires, Ed. Longseller, 2007.

Lev Trotski, Literatura y revolución. Selección de textos, prólogo y notas. En proceso de edición.

Iván Turguéniev, Primer amor, Buenos Aires, Ediciones Colihue, 2007.

Lev Vigotski, Pensamiento y habla, Buenos Aires, Ediciones Colihue, 2007.

4 comentarios:

  1. Leí hace un par de años la traducción de Alejandro González de "Memorias del subsuelo", libro que había leído hace unos cuantos años, en mi adolescencia. Disfruté muchísimo de esta nueva traducción (y de su introducción). No he leído otras traducciones de él, pero evidentemente, y dicho con el mayor de los respetos (y admiración), el pibe sabe lo que hace. Creo que conviene aclarar que Alejandro tiene un grave defecto, que algunos pensarán que no viene al caso, pero otros sabemos que sí: es hincha de Argentinos Juniors.

    M.

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    1. Al menos no es ni de River ni de San Lorenzo que habría sido mucho peor, Miguel.

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  2. ¡¡¡¿¿¿Lo qué???!!! Salorenzo e lo ma grande que haiga, e.

    M.

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    1. Miguel, no te hagas esto. Vos fuiste alguien (se van para la B, se van para la B).

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