lunes, 21 de octubre de 2013

La pampa tiene el ombú


El 16 de octubre pasado, Silvina Friera publicó en Página 12 el siguiente artículo sobre la traducción realizada por el francés Mathias de Breyne de una historieta escrita por Julio Cortázar e ilustrada por Alberto Cedrón.





“Cortázar es libertad pura”

Una frase ilumina un desgarrador retazo de la realidad: “Un auto, lo mismo que un país, puede echarse a perder en cualquier momento”. Julio Cortázar y el artista plástico Alberto Cedrón –“el brujo que pintaba”, como lo bautizó para siempre Miguel Briante– exorcizaron los monstruos verdaderos y los asesinos de carne y hueso en La raíz del ombú, una historieta que trabajaron a cuatro manos, entre París y Roma, en 1977; palabras e imágenes imbricadas en la genealogía familiar de Cedrón, desde la llegada de su bisabuelo, procedente de Italia, hasta el asesinato de uno de sus hermanos durante la última dictadura militar. Un relato hecho con el humus de memorias personales –el recuerdo del gran ombú frente a la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA)–, que va de 1930 a fines de la década del 70, bajo el imperio de la urgencia por las desapariciones, el miedo, el horror del genocidio. Aunque estuvo lista en 1981, recién se publicó por primera vez en 2004, en el marco de la muestra itinerante Presencias, sobre la vida del autor de Rayuela, que recorrió América latina y Europa. El escritor y traductor francés Mathias de Breyne estaba justo en Buenos Aires, tramando una antología de autores contemporáneos argentinos, cuando se encontró con los “dibujos insólitos, increíbles” de Cedrón y las palabras “tan nítidas” de Cortázar. Entonces supo, impulsado por el impacto de una lectura inolvidable, que se entregaría a la faena de traducir la historieta al francés y conseguir un editor. Y lo hizo: La racine de l’ombú se publica en Francia, en la editorial CMDE.

El escritor y traductor francés vivió en Argentina en una época que lo conmovió y que coincidió con la anulación de las leyes de impunidad: obediencia debida y punto final. “Sentí un respiro enorme alrededor. Ahí la gente me habló de la dictadura y supe más. Leía bastante sobre el tema, pero hacía falta hablarlo. Lo hablé con artistas, escritores, músicos, arqueólogos, kiosqueros, mozos... Fue durísimo escuchar, sigo con escalofríos cuando lo pienso. Y de eso se trataba La raíz del ombú: dictadura, hombres-larvas como los llama Cedrón, a quien tuve la suerte de conocer. Pero, además, esta obra termina con un dibujo y una palabra de esperanza. Cedrón y Cortázar, en su obra lúgubre, tenían fe, y tenían razón.” Ante una obra “genial”, “macabra”, “delirante”, “reoriginal” –adjetivaciones que lanza un De Breyne dichoso y entusiasta– sintió la necesidad de compartirla con los lectores franceses. “La historieta fue escrita en París; Cedrón y Cortázar estarían felices de que por fin salga en Francia. Es un libro inédito que se quedó 35 años sin traducción, sin versión francesa; la editorial hizo un trabajo maravilloso. Y es un libro de actualidad: se habló mucho en Argentina, en Francia y en el mundo de la última dictadura en estos últimos años; y todavía hay dictaduras en el mundo”, subraya el traductor y agrega que los temas de esta historieta son universales.

“La traducción fue un placer, una buena experiencia. Aparte de unas palabras raras que tuve que preguntar a mis amigos argentinos, no tuve que abrir el diccionario de lunfardo. Tuve que elegir la palabra justa y en algunos casos nos juntamos con los editores, algunos son traductores, y elegimos unas palabras francesas juntos, para que sonara bien y para que el sentido sea lo más cercano posible a lo que quería decir Cortázar.” Historia de cronopios y de famas fue el primer libro que leyó. “Lo tenía en mi valija cuando hice mi primer viaje a la Argentina, en 2002. El plan era quedarme dos meses –recuerda De Breyne–. Me quedé hasta fines de 2008, con idas y vueltas. Fue un coup de foudre, un flechazo; aunque en francés foudre se traduce por ‘rayo’. Un amor total con Argentina y su cultura. De joven llegué a su obra porque mi papá –un poeta– y su mejor amigo siempre usaban la palabra cronopio como adjetivo. Para ellos era algo evidente; había (hay) cronopios en este mundo. ‘Ce type est un cronope’, me decía mi papá. Hasta que un día entendí por qué, saqué el libro de su biblioteca y lo leí. En Argentina, leí todo Cortázar en castellano, claro. Lamento haber dejado toda la colección porque no entraba en mi valija. Así que acá en Francia sólo tengo La raíz del ombú, ahora en francés.”

De Breyne nació en Lyon, en 1973. No llegó a conocer a Cortázar, pero dice que tiene una cierta intimidad con él, una amistad literaria que cultiva con muchos escritores y escritoras que ha leído y traducido, como la cordobesa Perla Suez, flamante Premio Nacional de Literatura. “Cortázar son muchos departamentos y barrios de Buenos Aires donde viví, el primero cerquita de la Plaza Cortázar; lo leía y estaba literalmente con él. Me leí casi todos los clásicos argentinos y de a poquito llegué a nuestra época. Cortázar, además, es un vínculo entre Francia y Argentina. Esa relación cultural y de fraternidad me dio mucha alegría”, confiesa. “Cortázar es para mí, como lector, como traductor, como escritor, libertad, escritura libre, libertad pura.” La raíz del ombú termina con el nacimiento de un pollito, el único toque de color en un cuadro en blanco y negro. “Horror y esperanza”, como señaló Cortázar en el prólogo de este comic que él mismo calificó como una “crónica y una visión actual del infierno”. El traductor plantea que es algo lógico que este libro salga justo antes de 2014, cuando se celebrará el centenario del nacimiento del autor de Bestiario. “No estaría completa la obra de Cortázar en francés sin La raíz del ombú. Lo lindo sería hacer unos eventos musicales con Juan ‘Tata’ Cedrón, para festejar esta edición en francés y para conmemorar también a Alberto Cedrón y su obra genial.”


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