miércoles, 31 de diciembre de 2014

¡Felisa, me muero!


El blog del Club de Traductores Literarios de Buenos Aires les agradece a sus lectores la sostenida compañía a través de todo el año y les desea lo mejor para el 2015 (salvo a Pérez Reverte, los tipos de la FUNDEU y los viejos carcamanes de la Real Academia, claro... y eso apenas para empezar a hablar).


martes, 30 de diciembre de 2014

Un poema de Drummond de Andrade












Alfredo Fressia (Montevideo, 1948), profesor de literatura, periodista cultural y traductor de poesía brasileña, publicó el viernes 26 de diciembre pasado en El Cultural, del diario uruguayo El País, su versión de “La máquina del mundo”, un poema de Carlos Drummond de Andrade, incluido en Claro Enigma, un volumen del poeta brasileño aparecido en 1951. Es, si se quiere, una muy buena forma de ir despidiendo el año. dientes.

La máquina del mundo

En el Canto X de Os Lusíadas, Luis Vaz de Camões (Lisboa, aprox. 1524–1580) inicia el relato del retorno a Portugal de su héroe, Vasco da Gama. En el camino, Venus premia al héroe y a sus marineros por su triunfo en las Indias con una “isla del amor” habitada por ninfas. Una de ellas, Tetis, lleva a Gama a una cumbre donde le muestra la platónica, prístina “Máquina del Mundo”. Es un globo, “Uniforme, perfecto, en sí sostenido”, brilla desde el centro hasta la superficie y reproduce toda la mecánica celeste, lo que fue y lo que será. El héroe ve entonces “lo que no puede [ver] la vana ciencia/ de los errados y míseros mortales”.

Es uno de los momentos altos (y lo de altos va en varios sentidos) del poema de Camões. Si para muestra basta un botón, sirvan estas estancias (79 y 80) que traduzco, situadas en el comienzo del discurso de Tetis:

                   (…)
                   Dice la Diosa: “El modelo, reducido
                   en pequeño volumen, aquí te doy
                   del Mundo a tus ojos para que veas
                   por dónde vas e irás y qué deseas.

                   Ves aquí la gran Máquina del Mundo,
                   etérea y elemental, que fabricada
                   así fue del Saber, alto y profundo,
                   que es sin principio y meta limitada.
                   Quien cerca alrededor este rotundo
                   globo y su superficie tan limada
                   es Dios: mas lo que es Dios nadie lo entiende,
                   que a tanto el genio humano no se extiende.”

En 1951 Carlos Drummond de Andrade (Itabira, Minas Gerais, 1902–1987) publica el libro Claro Enigma, un grupo de poemas en explícita sintonía con los clásicos (Camões entre otros), bajo el epígrafe de Paul Valéry “Les événements m’ennuient” (“los acontecimientos me aburren”). En este libro aparecerá el poema “La máquina del mundo” (así, con minúscula), que establece inmediatamente un diálogo con la Máquina del Mundo de Camões y sin duda con la Divina Comedia, de la que reproduce la estructura en tercetos, con la métrica de las terzas de Dante (lo que la prosodia española llama “endecasílabos” y la portuguesa llama “decasílabos”).

Pero si Vasco da Gama y Dante conocían durante su marcha una revelación y llegaban al Paraíso y a Lisboa, el hombre que anda por este camino de Minas Gerais –la tierra natal de Drummond–, también en viaje inhóspito (el camino pedregoso, como la selva oscura o las tormentas promovidas por los dioses enemigos), es más bien el hombre laico, que en medio del siglo XX resulta incapaz de aceptar la revelación de la máquina del mundo, la que sin embargo se presenta en medio del camino y enseña “la naturaleza mítica de las cosas”.

El poema guarda en buena medida el lenguaje clásico. El hombre cansado está “laso”, e, indiferente, es “incurioso”. Pero la marcha del hombre de Drummond, en estos endecasílabos blancos, acaba en un fracaso, o en una caminata sin sentido conocido ni “derrotero” por el sendero pedregoso de Minas Gerais.
Se trata de un poema difícil y, sin embargo, tan claro como el oxímoron del Claro Enigma que es el nombre del libro que lo contiene. Exige bastante del lector, como suele hacerlo la poesía, y tal vez se acceda realmente a él después de varias lecturas. Esos días en que los lectores estamos “lasos” e “incuriosos”, es mejor que nos abstengamos de la lectura. Va recomendada en cambio para quien quiera penetrar en lo mejor de la lírica en idioma portugués, y entrever, quizás, la “máquina del mundo”.

Obra canónica, si las hay, el poema conoció otras traducciones al español, pero esta que ofrece El País Cultural, además de intentar superar algunos posibles errores, tiende a la literalidad justamente porque se presenta junto al original, con la intención de oír al otro y, dentro de lo posible, de invitar al lector a aventurarse en él y con él. El camino puede ser arduo, pero éste no resultará “pedregoso”.

Primero va la versión original, y luego la nueva versión en español:


A MÁQUINA DO MUNDO

                                           Carlos Drummond de Andrade

E como eu palmilhasse vagamente
uma estrada de Minas, pedregosa,
e no fecho da tarde um sino rouco

se misturasse ao som de meus sapatos
que era pausado e seco; e aves pairassem
no céu de chumbo, e suas formas pretas

lentamente se fossem diluindo
na escuridão maior, vinda dos montes
e de meu próprio ser desenganado,

a máquina do mundo se entreabriu
para quem de a romper já se esquivava
e só de o ter pensado se carpia.

Abriu–se majestosa e circunspecta,
sem emitir um som que fosse impuro
nem um clarão maior que o tolerável

pelas pupilas gastas na inspeção
contínua e dolorosa do deserto,
e pela mente exausta de mentar

toda uma realidade que transcende
a própria imagem sua debuxada
no rosto do mistério, nos abismos.

Abriu–se em calma pura, e convidando
quantos sentidos e intuições restavam
a quem de os ter usado os já perdera

e nem desejaria recobrá–los,
se em vão e para sempre repetimos
os mesmos sem roteiro tristes périplos,

convidando–os a todos, em coorte,
a se aplicarem sobre o pasto inédito
da natureza mítica das coisas,

assim me disse, embora voz alguma
ou sopro ou eco ou simples percussão
atestasse que alguém, sobre a montanha,

a outro alguém, noturno e miserável,
em colóquio se estava dirigindo:
“ O que procuraste em ti ou fora de

teu ser restrito e nunca se mostrou,
mesmo afetando dar–se ou se rendendo,
e a cada instante mais se retraindo,

olha, repara, ausculta: essa riqueza
sobrante a toda pérola, essa ciência
sublime e formidável, mas hermética,

essa total explicação da vida,
esse nexo primeiro e singular,
que nem concebes mais, pois tão esquivo

se revelou ante a pesquisa ardente
em que te consumiste ... vê, contempla,
abre teu peito para agasalhá–lo.”

As mais soberbas pontes e edifícios,
o que nas oficinas se elabora,
o que pensado foi e logo atinge

distância superior ao pensamento,
os recursos da terra dominados,
e as paixões e os impulsos e os tormentos

e tudo que define o ser terrestre
ou se prolonga até nos animais
e chega às plantas para se embeber

no sono rancoroso dos minérios,
dá volta ao mundo e torna a se engolfar
na estranha ordem geométrica de tudo,

e o absurdo original e seus enigmas,
suas verdades altas mais que todos
monumentos erguidos à verdade;

e a memória dos deuses, e o solene
sentimento de morte, que floresce
no caule da existência mais gloriosa,

tudo se apresentou nesse relance
e me chamou para seu reino augusto,
afinal submetido à vista humana.

Mas, como eu relutasse em responder
a tal apelo assim maravilhoso,
pois a fé se abrandara, e mesmo o anseio,

a esperança mais mínima — esse anelo
de ver desvanecida a treva espessa
que entre os raios do sol ainda se filtra;

como defuntas crenças convocadas
presto e fremente não se produzissem
a de novo tingir a neutra face

que vou pelos caminhos demonstrando,
e como se outro ser, não mais aquele
habitante de mim há tantos anos,

passasse a comandar minha vontade
que, já de si volúvel, se cerrava
semelhante a essas flores retincentes

em si mesmas abertas e fechadas;
como se um dom tardio já não fora
apetecível, antes despiciendo,

baixei os olhos, incurioso, lasso,
desdenhando colher a coisa oferta
que se abria gratuita a meu engenho.

A treva mais estrita já pousara
sobre a estrada de Minas, pedregosa,
e a máquina do mundo, repelida,

se foi miudamente recompondo,
enquanto eu, avaliando o que perdera,
seguia vagaroso, de mãos pensas.



LA MÁQUINA DEL MUNDO

                                               Versión de Alfredo Fressia

Y como yo recorriera lentamente
un camino de Minas, pedregoso,
y al cierre de la tarde una ronca campana

se mezclara al son de mis zapatos
que era pausado y seco; y las aves planearan
en el cielo de plomo, y sus formas prietas

lentamente se fueran diluyendo
en la oscuridad mayor, venida de los montes
y de mi propio ser desengañado,

la máquina del mundo se entreabrió
para quien de penetrarla se esquivaba
y sólo de pensarlo se plañía. 

Se abrió majestuosa y circunspecta,
sin emitir un son que fuera impuro
ni un destello mayor al tolerable

por las pupilas gastadas en la observación
continua y dolorosa del desierto,
y por la mente exhausta de especular

toda una realidad que excede
su propia imagen delineada
en el rostro del misterio, en los abismos.

Se abrió en calma pura, y convocando
cuantos sentidos e intuiciones restaban
a quien por haberlos usado los perdiera

y tampoco desearía recobrarlos,
si en vano y para siempre repetimos
los mismos periplos tristes y sin derrotero,

convocándolos a todos, en cohorte,
a aplicarse sobre el pasto inédito
de la naturaleza mítica de las cosas,

así me dijo, aunque ninguna voz
o soplo o eco o simple percusión
atestiguara que alguien, sobre la montaña,

a otro alguien, nocturno y miserable,
en coloquio se estaba dirigiendo:
“Lo que buscaste en ti o fuera de

tu ser restricto y nunca se ha mostrado,
aun afectando darse o rindiéndose,
y a cada instante retrayéndose más,

mira, repara, ausculta: esa riqueza
sobrante en toda perla, esa ciencia
sublime y formidable, pero hermética,

esa total explicación de la vida,
ese nexo primero y singular,
que no concibes más, pues tan esquivo

se reveló ante la busca ardiente
en que te consumiste… ve, contempla,
abre tu pecho para abrigarlo.”

Los más soberbios puentes y edificios,
lo que en los talleres se elabora,
lo que pensado fue y enseguida alcanza

una distancia superior al pensamiento,
los recursos de la tierra dominados,
y pasiones e impulsos y tormentos

y todo lo que define al ser terreno
o se prolonga hasta en los animales
y llega a las plantas para embeberse

en el sueño rencoroso de los minerales, 
da vuelta al mundo y se vuelve a abismar
en el extraño orden geométrico de todo,

y el absurdo original y sus enigmas,
sus verdades altas más que todos
los monumentos erigidos a la verdad;

y la memoria de los dioses, y el solemne
sentimiento de muerte, que florece
en el tallo de la existencia más gloriosa,

todo se presentó en esa mirada furtiva
y me llamó para su reino augusto,
por fin sometido a vista humana.

Mas, como yo resistiera en responder
a ese reclamo tan prodigioso,
pues la fe declinara, lo mismo el ansia,

la esperanza más mínima – ese anhelo
de ver desvanecida la tiniebla espesa
que entre los rayos del sol aún se filtra;

como difuntas creencias convocadas
presto y vehemente no se produjeran
para de nuevo teñir la neutra faz

que voy por los caminos demostrando,
y como si otro ser, ya no aquel
habitante de mí hace tantos años,

pasara a comandar mi voluntad
que, ya de sí voluble, se cerraba
semejante a esas flores reticentes

en sí mismas abiertas y cerradas;
como si un don tardío ya no fuera
apetecible, despreciando más bien,

bajé los ojos, incurioso, laso,
desdeñando recoger la cosa ofrendada
que se abría gratuita a mi ingenio. 

La más estricta tiniebla ya se había posado
sobre el camino de Minas, pedregoso,
y la máquina del mundo, repelida,

se fue recomponiendo poco a poco,
mientras yo, aquilatando lo que había perdido,
seguía vagaroso, con las manos pendientes.

lunes, 29 de diciembre de 2014

¿Por qué las cosas no pueden ser de otro modo"

Exactamente ayer, en su columna dominical del diario Perfil, Damián Tabarovsky –que en virtud de su condición de escritor, traductor y editor tiene puesta una pata a cada lado del mostrador– reflexionaba sobre el mercado en los siguientes términos.

Cifra y arte

¿Cuánto vende un libro? No lo sabemos. O, mejor dicho, sabemos que los autores deben confiar en sus editores, en las cifras de ventas que éstos les pasan o les pasan a sus agentes (en este caso, deben confiar también en sus agentes… confiar en un editor, vaya y pase, pero encima confiar en un agente… ¡es un exceso!). Y a la vez, las editoriales que no tienen distribución propia (las medianas y pequeñas) deben confiar en su distribuidor, que recibe las cifras de ventas de las librerías, que suelen olvidarse de dar como vendidos algunos libros al mes… ¿Por qué las cosas no pueden ser de otro modo? En el cine se sabe cuántas entradas se vendieron. En el teatro también. ¿Y en la edición? ¿Por qué no incorporar en el código de barras de los libros un chip que constate la venta? Si no es este modo, seguramente debe haber otro. La tecnología está a mano. Falta la voluntad política del mercado editorial. Porque de eso estuvimos hablando hasta aquí, del mercado editorial.

Pero desde otro punto de vista, desde el punto de vista de la lectura, de la crítica, de la valoración estética, es decir, desde el punto de vista más agudo, más radical, más atento, cuánto vende un libro, cuántos espectadores van al teatro o al cine, no tiene la menor importancia. Es irrelevante. La venta de un libro no roza siquiera lejanamente el interés en el texto. Cuánto vende un libro debe ser tema de conversación entre agentes, libreros, editores, encargados de prensa, distribuidores, gerentes de marketing, especialistas en due diligence, y por supuesto periodistas, a los que, como sabemos, ningún tema le es ajeno. Pero me deprime irremediablemente escuchar hablar de cifras de ventas a escritores y críticos. No estoy planteando que los escritores y críticos deban ser una especie de idiotas, de insolados incapaces de reflexionar sobre las condiciones materiales de la escritura y la edición –de la que el dinero evidentemente forma parte–, sino que formulo el deseo que, en la conversación, primen los compromisos estéticos y las disputas ideológicas, antes que la moral de almacenero (que por supuesto tiene su correlato estético: alcanza con ver los libros que ganan el Premio Planeta; etc., etc.).

Este es el momento de los balances de cifras (December is the cruelest month). Así como no los hay en la edición, sí los hay sobre cine. Sin ir más lejos, hace dos sábados este mismo diario realizó el balance del cine, con mucha información bien documentada, como suelen tener las notas de Diego Grillo Trubba. La película más vista fue Relatos salvajes, con exactamente 3.395.143 espectadores. Semejante millonada es la comprobación más evidente de la irrelevancia de las cifras frente al estado del arte. Hay películas nulas y masivas, las hay también nulas y vacías, lo mismo da.

Volvamos a hablar de las políticas de la sintaxis, de las decisiones estéticas, de esas cosas antes que de otras: cambiar de tema de conversación ya sería un triunfo cultural. Pero la nota de Perfil estaba tan bien informada, tenía tanto rigor en los números que incluso señalaba cuál fue la película menos vista del año: La H, de Nicanor Loreti, que fue vista por… 13 personas. Me parece que no fueron 13, sino 14: yo también la vi. Es un muy buen documental sobre Hermética, la banda de heavy metal de la que fui fan durante menos de un verano. ¡Pero qué verano!

viernes, 26 de diciembre de 2014

Un análisis de un vacío que sería revelador hacer, pero que nadie lo hace

Carmen Francí, según la ficha que consta en ACEtt, nació  en Barcelona, donde se licenció en Geografía e Historia, especialidad en Historia Contemporánea, y se diplomó en la Escuela Universitaria de Traductores e Intérpretes, E.U.T.I., de la Universidad Autónoma. Es traductora e intérprete jurada de catalán por el Ministerio de Asuntos Exteriores y por la Secretaría de Política Lingüística de la Generalitat de Catalunya. Se dedica a la traducción literaria desde 1985, fecha en que se trasladó a Madrid; ha trabajado también como traductora free-lance para diversas agencias, empresas y museos, así como para La  Vanguardia  y Prensa Ibérica. Ha traducido, entre otros, a Joseph Conrad, Jack London, George Eliot, Edward Gibbon, Henry James, Christina Rossetti, Julian Barnes, Douglas Coupland, Toni Morrison, Nadine Gordimer, Dorothy Parker, Joyce Carol Oates, Anthony Powell, Fay Weldon y Thomas de Quincey. Además, es miembro de la junta rectora de la Sección Autónoma de Traductores de la Asociación Colegial de Escritores desde 1999 y secretaria general de ACE Traductores desde 2003. Colaboró como secretaria de redacción en la revista de traducción Vasos Comunicantes de 1998 a 2000, publicación que ha codirigido con Mario Merlino hasta 2009 y codirige con Carlos Fortea en la actualidad. Imparte la asignatura de Traducción literaria inglés-español en la Universidad Pontificia de Comillas desde 2008. La siguiente columna la publicó en El Trujamán, del día de ayer.
El peso de la nada

Es difícil calcular el peso de lo que no existe, especular sobre la magnitud de un vacío. No se estudia la historia de las ideas en España o de las corrientes literarias valorando, precisamente, lo que no existió porque no nos llegó en el momento oportuno. Nunca sabremos cómo podrían haber sido las cosas si hubieran transcurrido de otro modo y lo cierto es que este tipo de especulación interesa poco a los historiadores. Pero es un dato relevante en muchos aspectos: estudiamos la Ilustración o el Romanticismo como si las obras de creación y pensamiento fluyeran de un país a otro de modo instantáneo por medio de vasos comunicantes. Y, lamentablemente, no es así. Para que eso suceda hace falta, como mínimo, la presencia de un editor y de un traductor.

Sería interesantísimo analizar y cuantificar ese desfase, tomar todas las obras relevantes de la literatura y el pensamiento y medir ese retraso en la publicación en castellano. Sin duda, las causas son varias: ignorancia generalizada en todos los estratos sociales, la escasa relevancia de una reducidísima élite culta (que suplía la carencia de ediciones en castellano porque era capaz de leer en otras lenguas), falta de público lector en un país mayoritariamente analfabeto y, en grado variable en función del momento y el autor, la influencia del Index librorum prohibitorumpublicado por la Iglesia católica (y, en teoría, vigente hasta 1966) que dictaba la prohibición de imprimir obras de autores como Erasmo de Rotterdam, François Rabelais, Giordano Bruno, René Descartes, Thomas Hobbes, David Hume, Denis Diderot, Honoré de Balzac, Émile Zola…

No hace mucho nos llegó la noticia del descubrimiento de la traducción al español más antigua conocida hasta la fecha del Elogio de la locura del humanista holandés Erasmo de Rotterdam, cuyo original se publicó en latín en 1511, en París. El manuscrito en español se ha conservado en Holanda: el libro de Erasmo fue incluido en el índice de libros prohibidos de la Santa Inquisición en 1559 y, según los investigadores que lo han encontrado, sólo después de que la Inquisición fuera abolida en 1842 apareció la primera traducción al castellano. Suponiendo que, efectivamente, no hubiera otra traducción anterior, el retraso es apabullante: 331 años. Especialmente si tenemos en cuenta que al francés, al italiano y al alemán se tradujo en vida de Erasmo.

Otro caso significativo de tiempos algo más recientes: Las cuitas del joven Werther se tradujo por primera vez, a través de la versión francesa, en 1803. El traductor fue José Blandeau. La primera directa del alemán, de 1835, fue de José Mor de Fuentes. Goethe había publicado su obra en 1774: aquí tenemos veintinueve años de retraso para una traducción por lengua interpuesta, toda una generación, y sesenta y uno para la primera versión directa del alemán. Y este es sólo un ejemplo más entre muchos.

El análisis de ese vacío sería muy revelador. Porque si bien, como ya hemos dicho, una minoría culta era capaz de leer en otras lenguas, lo cierto es que en su momento la lengua española no se amplió ni se enriqueció al integrar en su seno la expresión de nuevas ideas a través de la traducción de las grandes obras que se difundían por Europa.


miércoles, 24 de diciembre de 2014

En la muerte de un gran editor


El 19 de diciembre pasado falleció en Barcelona el editor Paco Porrúa. Así dio a conocer la noticia el diario La Jornada de México. Desde este blog saludamos la memoria de Luis DomènechRicardo GosseynFrancisco Abelenda o simplemente F. A, algunos de sus alter egos a la hora de traducir.


Fallece Francisco Porrúa,
editor de Cortázar y García Márquez

México. El editor y traductor argentino-español Francisco Porrúa falleció en Barcelona, a la edad 92 años. Fundador de Ediciones Minotauro, casa con la que dio a la luz pública obras de gran trascendencia de la literatura universal.

El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, lamentó hoy el fallecimiento del editor, ocurrido este viernes en España.

"Comparto el duelo de la comunidad editorial hispanoamericana por el deceso de Francisco Porrúa. Mi pésame a sus deudos", escribió el presidente del Conaculta en su cuenta de Twitter.

Durante su trabajo en la editorial sudamericana, Porrúa optó por la edición de títulos que cambiaron el curso de la literatura hispanoamericana como Rayuela, del argentino Julio Cortázar o Cien años de soledad, del colombiano Gabriel García Márquez.

También fue reconocido por su novedosa forma de editar literatura de ciencia ficción, además de contribuir a ampliar de manera significativa el número de escritores del género que llegaban al público lector, para así volverlos populares.

Convirtió a Ediciones Minotauro en una de las principales editoriales de ciencia ficción en habla hispana a nivel mundial, pues publicó por primera vez en este idioma títulos de Ray de Bradbury (Crónicas marcianas) y de J. R .R. Tolkien, como El Señor de los Anillos o El Silmarillion.

En la Editorial Sudamericana, Porrúa también publicó a autores como Manuel Puig, Juan José Soler, Lawrence Durrell, Alejandra Pizarnik, Alberto Girri, Arturo Carrera y Leopoldo Marechal.


En 2003, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara le otorgó el reconocimiento al Mérito Editorrial.

martes, 23 de diciembre de 2014

Un documento chileno que habla por sí solo


Política del Libro y la Lectura 2014

Mesa de Industria e Internacionalización 
del libro

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El presente documento reúne el trabajo realizado por representantes de las diversas áreas de la industria del libro e instituciones estatales, a lo largo de las 5 sesiones convocadas por el CNCA en la llamada “Mesa del Libro”, durante septiembre y octubre de 2014.

Participaron representantes del Colegio de Traductores, de la SECH, Editores de Chile, Cámara chilena del libro, ASIMPRES, Libreros, Distribuidores, Editores, Bibliotecas Escolares CRA, CORFO, ProChile, DIRAC, CNCA, Otros

Fueron de relevancia para el debate y la construcción de este texto la “Política Nacional del Libro y la Lectura” del año 2006 del CNCA, el documento “Por una Política de Estado del Libro y la Lectura” del año 2005, publicado por Editores de Chile y Chile XXI, y la “Nueva Agenda por el Libro y la Lectura” de CERLALC, 2014.

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Problema Central
- Persistente fragilidad de la industria nacional del libro en todos sus eslabones.

Causas
- Baja valoración social del libro y la lectura, y en particular de la producción nacional editorial, tanto a nivel de la comunidad, como de los medios de comunicación  e  instituciones públicas.

- Falta voluntad política para abordar con energías los desafíos del libro y la lectura en el país, la Política Nacional del libro y la lectura del año 2006 a la fecha no ha sido implementada.

Causas asociadas:
- Tamaño pequeño del mercado, concentración y bajo desarrollo de la industria.

- Falta revisar marco normativo (IVA,  Precio Fijo, Propiedad Intelectual)

- Falta profesionalización del sector (asociatividad, definición de competencias y normativa)

- Falta de estrategias que permitan llevar a cabo la política

- Falta de coordinación interinstitucional, con una clara definición de funciones y que
facilite las condiciones para el desarrollo de la industria.

Efectos
- Mercado interno e industria del libro poco desarrollados, con importantes niveles de

concentración y fragilidad, poco diverso en varias áreas.

- Una industria interna que no ha logrado fortalecerse y, con ello, crear las bases para una internacionalización adecuada.

Objetivo general
- Crear las condiciones para el desarrollo de una industria nacional del libro sólida, que permita incrementar y fortalecer la producción creativa e intelectual, así como la producción y circulación editorial; poniendo en valor el desarrollo del pensamiento propio y las diversas manifestaciones de nuestras expresiones culturales.

Esto con el propósito de contribuir a la democratización del libro, la calidad de la educación, la formación de una ciudadanía activa y con ello, a la consistencia y calidad de vida del país que construimos, asegurando además, la bibliodiversidad e intercambio equilibrado del libro chileno en nuestro país, con Latinoamérica y con el mundo.

Medidas
Tras las sesiones de debate se proponen 27 medidas, divididas en las siguientes áreas:

a) Institucional

b) Tributarias y Fiscales

c) Acceso, bibliotecas, compras públicas

d) Edición, traducción y profesionalización

e) Circulación, comercialización y acceso.

f) Internacionalización

a) Institucional

1. Definir al Consejo Nacional del Libro y la Lectura como la institución responsable de la implementación estratégica de la Política Nacional del Libro y la Lectura 2014, siendo esta su tarea central.

b) Tributarias y Fiscales

2. Impulsar un debate político y técnico con todos los actores involucrados sobre la relevancia económica del IVA al libro, a fin de establecer mediante modificación de  ley un IVA diferenciado del orden del 6% que tenga el menor impacto sobre el precio a público de los libros contemplando a su vez el pago diferido del IVA en las importaciones de libros a Chile. (En base la Política Nacional de Libro y la Lectura del año 2006)

3. Estimular el debate para implementar una ley sobre Precio Fijo para el libro, propiciando condiciones favorables para proteger la existencia de las pequeñas librerías como puntos especializados de venta, la bibliodiversidad en la oferta al público y un precio justo al lector. (En base la Política Nacional de Libro y la Lectura del año 2006)

4. Favorecer con medidas fiscales y facilitar la exención de patente comercial a las librerías y ferias dedicadas exclusivamente al comercio de libros.

5. Reducir de 5 a 3 años la depreciación de inventarios de libros actualmente contemplada en la Ley 19.227

c) Acceso, bibliotecas, compras públicas

6. Fortalecer la valorización social del libro chileno y su presencia en los diferentes niveles de los programas educativos.

7. Mejorar los programas de compras públicas de libros (Convenio Marco, Cra, licitaciones de textos escolares, Junji, etc.) potenciando su rol pro activo hacia la creación local de nuevos contenidos en áreas de baja producción local. Para ello, velar por la coordinación entre las necesidades de contenidos educativos y la producción editorial nacional.  

8. Asegurar la participación efectiva y equitativa en las compras públicas de las micro,pequeñas y medianas librerías y editoriales. (En base a recomendación N°163 de la nueva agenda por el libro y la lectura de CERLALC)

9. Elaborar un documento que establezca criterios para la selección de materiales, que aseguren pertinencia, calidad, trasparencia y diversidad en toda compra pública de libros, a través de una mesa con participación de las instituciones públicas (Dibam, Cra, Consejo del libro, etc.) y las organizaciones del sector del libro.

10. Asegurar la presencia significativa y diversa de la edición chilena en todas las adquisiciones públicas de libros con a lo menos un 60% de los recursos de cada adquisición propiciando la industria nacional del libro y la bibliodiversidad. Esta medida se aplicará a través de un incremento gradual en cinco años. (En base a propuestas CERLALC, N°193, 194, y recomendación N° 160)

11. Repensar y reformular el sistema de adquisición y uso de textos escolares potenciando la diversidad editorial, limitando la concentración, rebajando las barreras de acceso,  potenciando su aporte efectivo al proceso educativo como a la comprensión lectora. 

12. Incrementar sustantivamente la oferta de libros disponibles en las bibliotecas públicas y escolares -mejorando la cantidad de libros por niño en bibliotecas escolares y la presencia de libros en las bibliotecas comunales, a través del aumento del fondo de adquisición de libros por parte del Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura, la Dibam y CRA. Las políticas de compras institucionales deben dotar, al menos, el 70% del número de bibliotecas públicas en convenio con Dibam, con las primeras ediciones que se publican en el país. Estas compras se harán sobre la base de un reglamento y una selección que garantice criterios de calidad formal y contenidos, pluralidad y variedad (En base la Política Nacional de Libro y la Lectura del año 2006)

13. Promover el establecimiento de un catálogo de la oferta nacional de acceso público en línea por parte del Estado que facilite la comercialización y difusión de la creación y producción nacional editorial, y la tarea de los tomadores de decisión y compradores gubernamentales en todos los sectores y jurisdicciones de la administración pública. (Propuesta CERLALC recomendación N°161)

14. Abordar desde las políticas públicas la complementariedad de los diferentes soportes del libro, potenciando la convivencia de los diferentes formatos, el impreso y digital entre otros.

d) Edición, traducción y profesionalización

15. Crear por parte de CORFO y otras instituciones estatales, instrumentos que atiendan específicamente al fomento de la industria editorial, las librerías y los procesos de producción y comercialización del  libro chileno.

16. Fomentar la publicación chilena de manuales, libros de referencia y de divulgación de carácter técnico, científico, artístico y otras de las múltiples áreas del conocimiento a  través  de  una  línea especial del  Consejo  Nacional   del  Libro  y la Lectura  que  podría ser  asumida en conjunto con otras  instituciones, como las Universidades.

17. Perfeccionar y fortalecer el programa de apoyo del Consejo Nacional del Libro y la Lectura que busca potenciar la industria nacional del libro y su internacionalización, mediante la traducción a otras lenguas de autores chilenos. Incorporar al programa la traducción de obras de otras lenguas al español de Chile y a las lenguas de los pueblos indígenas, como una forma de enriquecer el acervo cultural de nuestra nación, acrecentar el conocimiento de las distintas visiones de mundo,  valorar la diversidad cultural, fomentar la traducción en Chile, y potenciar la exportación de libros. Valorar especialmente en ese programa las coediciones entre editoriales de distintos países.

18. Generar un fondo editorial dependiente del Consejo Nacional del Libro y la Lectura que permita establecer un poder de compra de derechos de autor y de traducción en el mercado internacional de derechos. De esta forma los editores nacionales interesados podrían asumir el desafío de diseñar proyectos editoriales chilenos de interés universal, capaces de agregar, a nuestro exiguo mercado interno, las cuotas de demanda necesarias para implementar las economías de escala connaturales a la industria. Ello permitiría multiplicar las posibilidades de exportación del libro chileno, cuyo atractivo depende en gran medida de una buena combinación de la producción de autores nacionales y de traducciones de otras lenguas. (En base a Una Política de Estado para el libro y a Lectura)

19. Fomentar el  perfeccionamiento de  los  profesionales relacionados con  la  cadena del  libro y la lectura, que permita asumir la formación y especialización de editores, ilustradores, traductores, escritores, libreros, y otros  profesionales del libro.

20. Repensar y reformular la gestión del sistema ISBN en Chile, potenciando la gestión pública en el tema.

e) Circulación, comercialización y acceso.

21. Fortalecer la red de producción y circulación del libro a través de todo el país, potenciando la creación de editoriales, librerías y bibliotecas en todas regiones y comunas del país.

22. Convenir con Correos de Chile la restitución de la tarifa preferencial para impresos y establecer tarifas reducidas para el transporte interno y externo de libros e impresos, al igual que muchos otros países del mundo.

23. Crear mecanismos para que las Municipalidades, en colaboración con CORFO, promuevan la formación de librerías de propiedad mixta con el lema “Una librería para cada comuna de Chile”.

24. Establecer un programa que apoye y fomente la formación de librerías de menor tamaño, particularmente en regiones o comunas donde no existen.

f) Internacionalización

25.  Promover y definir líneas presupuestarias específicas en PROCHILE para la creación de un programa de apoyo a la exportación de libros, los derechos de edición, ediciones digitales y la participación de la industria del libro chileno en licitaciones internacionales.

26. Implementar la estrategia de internacionalización del sector editorial elaborada por los actores del sector.


27. Elaborar e implementar una marca sectorial de la industria editorial (Prochile).

lunes, 22 de diciembre de 2014

Y dale con los traductores del alemán...


Escuela de Otoño de Traducción Literaria

Convocatoria para traductores del alemán al español que se interesen especialmente por la traducción editorial.

Abierta hasta el 09 de febrero de 2015.
Ver condiciones de postulación abajo*

El Instituto de Enseñanza Superior en Lenguas Vivas “Juan Ramón Fernández”, con el apoyo de la Asociación Argentina de Traductores e Intérpretes, el Goethe-Institut, la Embajada de Alemania en Buenos Aires y la Fundación El Libro, convoca a traductores noveles que quieran participar de la primera edición de la Escuela de Otoño de Traducción Literaria prevista para la semana del 20 al 24 de abril de 2015. Serán seleccionados diez traductores de alemán > español (preferentemente egresados de carreras de traducción, aunque este requisito no es excluyente), que cuenten con poca o ninguna experiencia en materia de traducción editorial pero que demuestren gran interés en ese campo. Durante el encuentro se trabajará con una novela del escritor alemán Kristof Magnusson, que vendrá a la Argentina para la ocasión.

Metodología de trabajo:
El programa prevé tres encuentros de cuatro horas (lunes 20 a miércoles 22 de abril de 2015, de 14 a 18hs) y una presentación durante la Jornada de Traductores en el marco de las Jornadas Profesionales de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires (jueves 23 de abril de 2015). Los seleccionados deberán contar con disponibilidad como para traducir algunos fragmentos en forma previa al encuentro. La dirección de los módulos prácticos del encuentro estará a cargo de Martina Fernández Polcuch. Coordinan la Escuela de Otoño de Traducción Literaria Estela Consigli y Lucila Cordone.

*Condiciones de postulación:
Enviar a escueladetradliteraria.lv@gmail.com lo siguiente:

-Currículum vitae
-Carta de intención
-Un fragmento traducido que deberán solicitar previamente a la dirección de correo electrónico indicada

Cierre de la convocatoria: 9 de febrero de 2015
Notificación: a partir del 23 de febrero de 2015


Sobre Kristof Magnusson:
Nació en Hamburgo, Alemania, en 1976. Se formó en el Deutsches Literaturinstitut Leipzig (DLL) –uno de los más reconocidos institutos universitarios para la formación de escritores-, en la Universidad de las Artes de Berlín y en la Universidad Reykjavík (donde estudió Literatura islandesa). Obtuvo numerosas becas y los premios literarios Euregio-Schüler 2012 por su novela Das war ich nicht y Rauriser Literaturpreis 2006 por Zuhause. Hijo de madre alemana y padre islandés, además de ser escritor, Magnusson es un prolífico traductor del islandés al alemán. Más información enhttp://www.kristofmagnusson.de/

Sobre Martina Fernández Polcuch:

Es licenciada en Letras por la UBA y se formó como traductora e intérprete en el Instituto Goethe. Desde 1998 trabaja en el departamento de alemán del IESLV en el área de literatura y traducción. Ha coordinado el Seminario Permanente de Estudios de Traducción del IESLV, y actualmente se encuentra en la etapa de redacción de su tesis de doctorado sobre la traducción literaria en la RDA. La mayoría de sus traducciones publicadas provienen del campo de la narrativa del siglo XX y el ensayo. 

viernes, 19 de diciembre de 2014

Traductores al servicio de causas justas

El 10 de diciembre pasado, Marcos Cánovas (director del departamento de Traducción, Interpretación y Lenguas Aplicadas en la Universidad de Vic) publicó la siguiente columna en El Trujamán. Se la reproduce por su interés.
Traductores sin fronteras
Translators without Borders (http://translatorswithoutborders.org/) es una ONG norteamericana que deriva de Traducteurs sans Frontières —creada en 1993 por Lori Thicke y Ros Smith-Thomas— y que tiene como misión dar apoyo en tareas de traducción a otras organizaciones humanitarias con las que comparten objetivos —como la lucha contra la pobreza y las desigualdades sociales, la educación, la protección del medio ambiente o la salud—. Las traducciones hacen accesible para determinadas comunidades la información que proviene de los países con más recursos —puesto que a menudo los documentos están en lenguas occidentales que no se conocen de manera generalizada en estas comunidades—.
En este sentido, Translators wihtout Borders tiene un proyecto para crear centros de formación de traductores, con la idea de que estas personas ayuden a las ONG en sus necesidades de traducción. Hay un centro piloto en Nairobi, Kenia, que se centra en las traducciones al swahili, como lengua franca de África Oriental, y también a otras de las 42 lenguas que se hablan en Kenia.
Igualmente, la organización colabora con The Open University en el proyecto HEAT (The Health Education and Training Proyect, Proyecto de Educación Sanitaria y Formación), que tiene como objetivo preparar a 250.000 trabajadores sanitarios que deberán operar en primera línea. Puesto que muchos de ellos no hablan lenguas occidentales como inglés o francés, en las que están redactados muchos de los materiales con los que deberán trabajar, Traductores sin Fronteras proporciona las traducciones, lo cual comporta un volumen de texto de medio millón de palabras.
Por otro lado, la lucha contra el reciente brote de ébola en África Occidental ha requerido la traducción de documentos informativos a tres lenguas locales y al francés.
Estos son algunos ejemplos de los proyectos de la organización, pero hay otros, a partir de las necesidades que plantean las ONG. Así, entre las ONG del ámbito hispánico con las que colabora Traductores sin Fronteras, podemos mencionar Acción contra el Hambre (España), Agua para la Vida (Nicaragua), Esperanza (EE. UU.), Fundación Pablo Horstmann (España), Latinamerika I Centrum-Latice (Suecia), y también se pueden destacar otras organizaciones internacionales conocidas por el alcance de sus proyectos, como Oxfam oMédecins sans Frontières. Igualmente, Traductores sin Fronteras trabaja con Wikipedia en el Proyecto 100 x 100, la traducción de los cien artículos más leídos de Wikipedia sobre temas de salud a cien lenguas del mundo.
Naturalmente, la organización admite personas voluntarias para traducir, siempre que tengan un bagaje profesional (experiencia mínima de cuatro años, o de dos años si se posee además un título universitario de traducción). Desde la página web de la organización se puede rellenar un formulario para ofrecer colaboración, a partir de cualquier combinación lingüística.
En definitiva, la comunicación interlingüística es fundamental a la hora de hacer llegar a muchos lugares la tecnología y el conocimiento esenciales para llevar a buen término los proyectos de desarrollo social que tienen en marcha las ONGTranslators without Borders presta su apoyo en estos casos.

jueves, 18 de diciembre de 2014

Leonora Djament, directora editorial de Eterna Cadencia, con claridad e inteligencia

En el marco del programa de actividades para profesionales de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el pasado 1 de diciembre tuvo lugar una mesa redonda cuyo tema fue “Edición independiente en México y en Argentina: presente y futuro”. Los participantes fueron los mexicanos Eduardo Rabasa (por editorial Sexto Piso) y Guillermo Quijas (por Almadía) y los argentinos Maxi Papandrea (por la editorial La Bestia Equilátera), Juan Ezequiel Álvarez (por Caja Negra) y Leonora Djament (por Eterna Cadencia). La mesa transcurrió por los carriles habituales hasta la intervención de la última ponente, quien, con inusual contundencia y una claridad que acaso no tuvieron sus compañeros, definió a la perfección la situación del sector y las tareas pendientes, ganándose el mayor aplauso y la aprobación de un público altamente calificado.

Redes

¿Cómo hacer para leer a un autor ecuatoriano en la Argentina o un autor uruguayo en Guatemala? En las últimas décadas, al menos hasta hace unos pocos años, se había vuelto prácticamente imposible leernos entre americanos; salvo, claro está, que se trate de un escritor latinoamericano que haya sido elegido previamente por una editorial grande española y, así, pueda hacer este absurdamente largo (¿o largamente absurdo?) recorrido: salir de Venezuela, por ejemplo, habiendo sido publicado en España, para volver a América con el aval editorial peninsular. No solo se trata de un recorrido absurdo y largo, decía, sino costoso, colonial y poco atractivo.

Efectivamente, España sigue funcionando real y simbólicamente como centro de legitimación literaria. Pareciera que sigue siendo necesario que un suplemento literario o una editorial española consagren a un escritor americano para que éste sea leído en su país natal y alrededores. Miramos con más detenimiento, a veces, qué latinoamericanos descubre Anagrama o Mondadori y prestamos menos atención a lo que publican las editoriales presentes en esta mesa o los atractivos libros de Alquimia, Cuneta o Animal de invierno.

Y lo curioso es que esta circulación dificultosa de los libros por América Latina es algo que les sucede tanto a las editoriales grandes como a las pequeñas, por diferentes motivos. Falta de interés, falta de estructura o falta de financiamiento son los obstáculos internos que tienen las editoriales para mover sus libros. Esa es una parte del problema.

Por otro lado, todos los que estamos sentados sabemos que los problemas regionales que dificultan la circulación de libros en papel en América Latina son muchos y siguen siendo los mismos: los costos de trasportes son muy altos, los correos suelen ser poco eficientes, hay países que todavía cargan con IVA al libro, hay múltiples aranceles diversos que vuelven todavía más caro al libro, las compras son más o menos pequeñas porque las ventas no son altas, el universo de los lectores no crece en la escala que quisiéramos, las dificultades para cobrar en tiempo y forma son de muy variada índole, entre otros problemas. A esta enumeración habría que agregar que no tenemos muchas librerías en América Latina o las tenemos concentradas en las principales ciudades, con falta de sistemas de gestión adecuados.

Ahora bien, no todo el panorama es tan previsible, afortunadamente. Las editoriales pequeñas y medianas latinoamericanas, entre las que sumo la experiencia de Eterna Cadencia Editora desde el año 2008, han adoptado como desafío propio la construcción de alternativas. Desde hace algunos años son las editoriales llamadas independientes las que han comenzado a recuperar las viejas rutas que unían a los países americanos entre sí. Y esto a partir de un trabajo en múltiples sentidos, pero que básicamente es creativo y de generación de vínculos.

Creo que gracias a la enseñanza forzada que implicó primero internet y luego las redes virtuales, hemos aprendido, emulado y practicado algo de la experiencia cibernética. ¿Qué aprendimos? El trabajo en redes, en múltiples direcciones.

Entendimos que no alcanza con tener un distribuidor o un librero que de tanto en tanto nos compre. Entendimos que es necesario crear y fomentar alianzas que vuelvan cada vez más sólidos los lazos entre editoriales y distribuidores, y donde los roles sean flexibles y reversibles. Estoy hablando de distribuciones cruzadas en algunos casos (yo te distribuyo y vos me distribuís), de coediciones, de intercambio de ediciones o impresiones (yo edito un libro tuyo y vos uno mío), traducciones compartidas, trueque de libros.

Esta es parte de la experiencia que llevamos adelante en Eterna Cadencia con editoriales y librerías latinoamericanas y también con editoriales argentinas con las que nos asociamos para trabajar colectivamente en ferias. Es un trabajo de alianzas, donde es necesario, en primer lugar, y antes que nada la afinidad: un mismo modo de concebir el libro, la industria, el catálogo.

Ahora bien, por todo este trabajo de alianzas, de redes, creo que tenemos que empezar a repensar el concepto de identidad de una editorial. Ya no sirve pensar en términos esencialistas aquello que distingue a una editorial sino que hay que empezar a pensar en un concepto relacional: una editorial es lo que es, pero también es lo que es en relación con, o en alianza con, en comunidad con. Y en todo caso, el asunto pasa por pensar cómo se puede construir un catálogo propio, único y, simultáneamente, en asociación con aquel que me distribuye, aquel que me imprime en otro país, aquel que publica algunos de mis autores en otra región. Cómo trabajar con, sin desdibujarse sino resaltándonos mutuamente, para seguir existiendo.

A la par de las asociaciones puntuales, me parece que hay que seguir apuntalando el papel de las librerías hoy. Tanto las cadenas como las librerías independientes –cada una con sus características- son todavía los lugares por excelencia donde nuestros libros están disponibles. Las librerías, en ese sentido, deben ser pensadas como un modo de organizar un mercado y no simplemente como un lugar de expendio de libros. Cómo queremos organizar este mercado es una de las preguntas que tenemos que seguir haciéndonos, para no estar todo el tiempo corriendo detrás de... (detrás de lo que dicta el mercado, lo que dictan las nuevas tecnologías, las reglas que imponen los grandes grupos y conglomerados empresariales).

Del mismo modo, las ferias del libro (tanto las pequeñas, locales, como las regionales o internacionales) tienen un rol importantísimo y no aprovechado todavía en su totalidad. Las ferias son uno de los lugares privilegiados donde pueden comenzar estas alianzas que mencionaba, estos intercambios, descubrimientos de catálogos; donde se pueden apuntalar las relaciones editores-libreros-distribuidores. Y son un lugar donde se puede seguir trabajando en la creación y profundización de lazos entre editores, libreros y periodistas culturales. Y los periodistas son clave en este entramado del que estoy hablando. Son quienes pueden hacer saber qué hay del otro lado de las fronteras y avivar el interés por otros textos. Este asunto debería ser parte de las agendas de los suplementos culturales, de diarios y revistas, así como también la interrogación sobre los modos de legitimación vigentes.

En definitiva, tenemos que seguir apropiándonos de las antiguas rutas latinoamericanas, pero sin voluntarismos. Hay que seguir trabajando en el “tendido” de redes afines entre editores, libreros y críticos latinoamericanos, que sean capaces de sostener y potenciar el trabajo de los escritores y editoriales locales. Y, por supuesto, esto debería ser también “una cuestión de estado”: literalmente, debería incumbirles a cada uno de nuestros países estos temas y cada uno de nuestros estados debería ser capaz de generar políticas productivas y de largo plazo.

Por el momento, seguimos trabajando en el tendido de redes entre países y en múltiples maneras diversas, creativas, novedosas de que nuestros libros lleguen a los lectores hispanoparlantes.