viernes, 14 de noviembre de 2014

Un panorama de otras pequeñas editoriales independientes chilenas presentes en la FILSA

Concluye hoy, seguramente con omisiones, este breve recuento de las pequeñas editoriales independientes chilenas, quedando para el lunes próximo la presentación de algunas de las más antiguas y, por catálogo y tradición, fundadoras del libro independiente en Chile.


Consultado especialmente sobre su editorial Alquimia, Guido Arroyo la presentó en los siguientes términos: “Alquimia ediciones es una editorial independiente que comenzó a publicar el año 2006  libros de forma artesanal. Desde el 2011 el sello está estructurado en colecciones de narrativa, poesía, ensayo, rescate patrimonial y artes visuales, publicándose entre 2011 y 2014 cuarenta y ocho títulos. Nuestro catálogo se caracteriza por publicar obras experimentales que problematizan los géneros literarios, procurando agregar detalles gráficos a los libros y una cuidada edición. Nuestro objetivo es operar como una morada para obras que inviten la relectura, mezclando autores consagrados con inéditos, pues lo que nos importa siempre es la calidad del texto. Para nosotros, una editorial es una forma de política. El simbolismo de nuestro nombre nos caracteriza: creemos que el arte de editar demanda un compromiso con los materiales que están en movimiento: el lenguaje, el conocimiento, la imagen y la posibilidad crítica del lenguaje. Publicamos obras que nos apasiona leer. Publicamos obras, que creemos resistirán un poco al fugaz paso del tiempo, que como decía Bolaño, hará que pronto nos olvidemos de Shakespeare”.
  
En Santiago también se consiguen los libros de Ediciones Tácitas, un sello enormemente sofisticado que alterna lo foráneo con lo propio. Un reciente artículo sobre las editoriales independientes chilenas señalaba: “Ediciones Tácitas (…) se caracteriza por fomentar traducciones hechas por chilenos al castellano chileno de variadas obras, tanto clásicas como contemporáneas; versiones rigurosas y anotadas de Platón, Tucídides, Catulo, Odiseo Elytis, Horacio, Guy Davenport, Tom Raworth”.

Cuadro de Tiza, en cambio, es una editorial independiente, que se dedica a la publicación de plaquettes de poesía y ensayo, y que inició sus actividades en el año 2010. Víctor Ibarra, Julieta Marchant y Nicolás Labarca –su creadores– señalan en su sitio web a propósito de la editorial: “Nos interesa, básicamente, la relación entre poesía y pensamiento. es decir, tratamos de elegir –para el catálogo de poesía– obras y autores que trabajen desde la sospecha y tal vez desde un cierto grado de opacidad en el lenguaje. Nuestra idea siempre ha sido publicar poesía que tensione, que conmueva y que también abra el universo múltiple de la lectura. Libros que parecen relampaguear cada vez que son leídos, que se entregan a la duda y que están lejos de la mera ocurrencia. desde el interés por ese vínculo entre poesía y pensamiento, comenzamos la colección de ensayo, abocada a la filosofía y la estética.”.

Lolita Editores, por su parte, dirigida por Francisco Mouat, nació en mayo de 2010. En su página web afirman: “Se trataba de crear un sello independiente donde pudiéramos publicar los libros que soñábamos. Teníamos una idea, no teníamos dinero. Formamos el Club de Amigos y Lectores de Lolita Editores y pudimos arrancar. Buscamos un primer título que rayara la cancha, y llegó a nosotros por una maravillosa sincronía: Luna en Capricornio, de María Inés Zaldívar. Un libro de poesía era el mejor modo imaginable de expresar nuestro deseo de primero querer a los libros, y después salir en busca de sus lectores”.

Por su parte, Ediciones Inubicalistas, de Valparaíso, comenzaron a funcionar en 2009 haciendo libros artesanales de poca tirada, portadas serigrafiadas y cosidos a mano en estrecha colaboración con los autores. Según una entrevista publicada en 2010 en elvendedordetierra.wordpress.com, con el poeta chileno Rodrigo Arroyo, “El nombre en sí viene de una revista que Felipe Moncada Mijic dirige, llamada La Piedra de la Locura, y en el cual se describe el Inubicalismo como una postura crítica e irónica frente a la literatura, o las escenas literarias que se van formando en el tiempo. La idea surge por tener un espacio que de cabida a textos o poéticas que, no todas en la práctica lo son, estén fuera de las líneas que dichas escenas suelen generar en su actualidad”. Allí Arroyo comenta que en su proyecto lo acompaña “un gran amigo, poeta y físico, Felipe Moncada, quien lleva cinco libros publicados (Irreal, Carta de Navegación, Río Babel, Músico de la corte, Salones) y ocho números de La Piedra de la Locura )”. Luego declara: “Vivimos y trabajamos en Valparaíso, en la casa. Hacemos los libros en forma artesanal; diagramamos con Pagemaker, que sí, está discontinuado, e imprimimos en casa. Usamos impresora de tinta líquida –inyección– y de polvo –láser–. Luego doblamos los cuadernillos impresos y cosemos los libros manualmente. Las portadas las hacemos con cartulinas de de colores y texturas diversas, imprimiendo sólo el título, con serigrafía, o bien en las mismas impresoras. El único trabajo externo es el guillotinado, que lo hacemos en imprenta”.

Otra editorial independiente que trabaja en regiones es la editorial Cinosargo, de Arica, que imprime sus libros en la ciudad de Tacna, Perú, con costos que les permiten editar entre 500 y 1.000 ejemplares de cada título. Por su posición fronteriza, esta editorial, que ha privilegiado géneros como el cómic, el terror, la ciencia ficción y el cyberpunk, distribuye internacionalmente y está en contacto directo con otras provincias del norte como Iquique, Antofagasta y Copiapó, además de ciudades de Bolivia y Perú.









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