miércoles, 11 de marzo de 2015

"Pasolini se sentía sobre todo poeta"

“Se publica una antología de su obra lírica que incluye La religión de mi tiempo (Nórdica)”: así dice la bajada de la nota publicada por Manuel de la Fuente en el diario ABC, de Marid, el 4 de marzo pasado, con motivo de la publicación conjunta de varios títulos de Pier Paolo Pasolini, traducidos por Martín López-Veiga.

Pasolini: el poeta comunista que amaba a Dios

Poeta, cineasta, comunista tan ortodoxo como heterodoxo, marxista convencido pero disidente e independiente del Partido Comunista Italiano en aquellos terribles años de plomo cuando corrían las balas de las Brigadas Rojas y los grupos paramilitares fascistas, homosexual vital militante, autor de la película más bella que se haya realizado nunca sobre Jesucristo, El evangelio según San Mateo, Pier Paolo Pasolini (Bolonia, 5 de marzo de 1922–Ostia, 2 de noviembre de 1975), se consideraba ante todo un poeta, radical en su mensaje, pero siempre humano, humanísimo.

Sus principales obras, Las cenizas de Gramsci (Garzanti, Milán 1957), Poesía en forma de rosa (1961–1964, Garzanti, Milán 1964) y Trashumar y organizar (Garzanti, Milán 1971) fueron editadas en España hace tiempo. Ahora se ven reunidas en un solo volumen que incluye uno de sus mejores y más emotivos títulos, La religión de mi tiempo (Garzanti, Milán 1961, que fue editado entre nosotros por Icaria en 1997), en Nórdica Libros, con excelente traducción de Martín López–Vega.

Terrible asesinato

Pasolini fue, hasta su terrible asesinato, una de las grandes figuras artísticas del siglo XX. Inconformista, osado, polifacético, su poesía tiene ese don de los escogidos de llegarte al corazón. Como decía Susan Sontag: «Pasolini me parece la figuira más notable que ha surgido en las artes y las letras italianas después de la Segunda Guerra Mundial... Su poesía es una parte importante de su apasionada, poderosa y vulnerable obra, una obra en y con la Historia y del trágico itinerario de su sensibilidad».

Pier Paolo Pasolini, el hombre que amó a Jesús, el poeta comunista que amaba a Dios.

Martín López Vega, profesor en Iowa, nos detalla la obra de Pier Paolo Pasolini y habla de su intensa traducción.

–¿Qué ha sido lo más difícil de esta traducción?
–Pasolini se sentía sobre todo poeta, y desde ese punto de vista entendía todo el resto de su obra, incluso las películas. Esa es una mirada que funciona en ambas direcciones: hay poemas suyos que no siguen las «normas» habituales de la poesía, y que se construyen como secuencias de cine, o incluso como entrevistas. Y, sobre todo, tiene una sintaxis poco habitual, frecuentemente contraria a la norma. O sea, que al traducir un poema suyo hay que estar atento a mil cosas y, a la vez, atento a que el resultado en castellano sea comprensible y realice las mismas desviaciones con respecto a la norma sin dejar de ser comprensible. Preguntarse: ¿cómo hubiera escrito Pasolini en castellano? sin parafrasearlo, reducirlo o interpretarlo demasiado. Es el poeta más difícil que he traducido.

–¿Qué es lo mas significativo del libro?
–Se trata de una antología amplia de su poesía en Italiano. La selección (que no es mía) me parece excelente, la mejor puerta de entrada pra seguir leyéndole. Su obra es muy amplia, llena de variantes y matices, y esta selección los recoge casi todos.

–¿Qué aporta La religión de mi tiempo a la obra de Pasolini?
–Esta edición es, sobre todo, una panorámica (excelente) de la poesía civil de Pasolini, la que escribió en italiano. No sólo son grandes poemas, sino que ayudan a entender la evolución intelectual de la Italia del siglo XX, creadora de un pensamiento único para entender el presente. Además, es un manual de disidencia y de libertad.

–¿Cuál es la importancia de Pier Paolo Pasolini de Las cenizas de Gramsci en la poesía del siglo XX?
–De su obra destacaría su falta de pudor, primero; no se esconde nada a sí mismo. Luego, su lucidez para reflexionar sobre ese material y convertirlo en materia de reflexión política. Su elogio de la diferencia, del derecho a la disidencia absoluta. Su entendimiento de la soledad que eso produce. No sabría decir si PPP ha tenido mucha influencia. Sin duda, es uno de los puntos más altos de la poesía civil. Todo lo que él es capaz de meter en sus poemas, en cuanto a pensamiento, en cuanto a técnicas, es muy difícil de encontrar en otros poetas. Aquello unamuniano de la inteligencia que siente y el sentimiento que piensa está aquí al cien por cien. Es fácil de admirar y difícil de imitar. Tal vez estaba condenado a estar solo, incluso en eso...

–¿Cree que es un poeta conocido en España?
–Diría que sí, al menos entre los poetas, pues ha sido traducido por poetas muy distintos de generaciones diversas, y publicado en editoriales importantes. Otra cosa es que haya influido, eso cuesta más detectarlo. Pero estoy seguro de que en este momento, esta lectura ayudará a interpretar el momento actual, y tal vez su influencia aumente. Quién sabe.


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