miércoles, 27 de mayo de 2015

La construcción de una marca y el prestigio



Un interesante artículo de Daniel Gigena –publicado en el diario La Nación, del 14 de mayo pasado– que da cuenta del fenómeno editorial que están produciendo las editoriales universitarias argentinas.



Los sellos universitarios crecen

en las grietas de las editoriales comerciales


Hasta hace pocos años, el libro publicado por las universidades satisfacía sólo necesidades curriculares, pero desde 2010, con el desarrollo de sellos propios, las universidades se ocupan –además– de la literatura, la divulgación científica, las ciencias sociales y las artes visuales con ejemplares que apenas superan los 200 pesos, en volúmenes de calidad, con notas críticas, anexos e imágenes.

Más que ganancias, las editoriales universitarias han buscado hasta ahora construir una marca para sus sellos y darles prestigio con un catálogo original. En la Feria del Libro que terminó el fin de semana, stands como el de la Red de Editoriales de las Universidades Nacionales (REUN) y el de Unsam Edita –que obtuvo el premio al mejor institucional– convocaron a nuevos lectores con títulos como Ejercicio plástico, ensayos sobre muralismo compilados por Néstor Barrio y Diana Wechsler; El hilo grabado, un clásico de Fina Warschaver, o una antología de textos de Luis Gudiño Kramer. Oche Califa, director cultural de la Fundación El Libro, adelantó que en 2016 ocuparán un lugar aún más visible.

Según datos de la Secretaría de Políticas Universitarias, en el país existen hoy 53 universidades nacionales y 49 privadas. Entre las primeras, reconocidas por el Consejo Interuniversitario Nacional –del que depende la REUN–, 42 tienen editorial propia. Y 32 entre las privadas. Estos sellos producen alrededor de 1900 novedades por año, cantidad que representa cerca del 9% de los títulos registrados en la Argentina. El 60% de las editoriales está en proceso de profesionalización; el 20%, como la de la Universidad de Avellaneda, la de Tierra del Fuego o la de Río Negro, en proceso de creación. El 20% restante corresponde a las consolidadas: la de la Universidad del Litoral, la de la Universidad de La Plata, Eduvim (de Villa María), Ediunc (de Cuyo), la editorial de la Universidad de Quilmes, Unsam Edita (de la Universidad Nacional de San Martín) y Eduner (de Entre Ríos).

"La principal incidencia es en materia de bibliodiversidad –opinan Guillermo Mondejar y Gustavo Martínez, de Eduner–. Las editoriales universitarias publicamos títulos que el sector comercial difícilmente consideraría para sus catálogos. Muchas universidades asumimos la edición de obras olvidadas, que suponen un trabajo de largo aliento en cuanto a la investigación y rescate de autores y textos." Eduner ha sacado obras de Amaro Villanueva, Juan José Manauta, Juan L. Ortiz y Francisco Madariaga, entre otros. Paralelamente, la Unsam prepara el lanzamiento de Letras, colección dirigida por el Nobel J.M. Coetzee, con títulos de poesía y narrativa de escritores del hemisferio sur para un público amplio.

Eudeba, en verdad una sociedad mixta, ha actuado como modelo de las editoriales universitarias. Su stand en la feria, construido por Corradini & Asociados, obtuvo el primer premio para puestos de más de 100 metros cuadrados. Allí se destacaba la presentación de Boris, la primera tableta para sus e-books. "La universidad, cuando decide intervenir en el campo editorial, lo hace con el objetivo de cumplir su misión principal, que es promover, preservar y difundir la cultura", dice Gonzalo Álvarez, presidente de Eudeba. Y agrega: "Si bien las editoriales universitarias comparten características, también tienen importantes diferencias, ya que en definitiva el proyecto tiene que ser pertinente con el de la universidad en la que se inserta".

Esas diferencias, opina Flavia Costa, fundadora de la editorial Unipe (Universidad Pedagógica), se vinculan con el grado de profesionalización de las editoriales, que hasta hace poco se consideraban ajenas al circuito de distribución y venta de libros. En los últimos años, el progreso de estas publicaciones impulsó la capacitación de profesionales –muchos de ellos docentes– en cuestiones relativas a la rentabilidad. Como el presupuesto de las editoriales depende del rectorado o de las secretarías académicas, se deben sortear varios obstáculos, desde la contratación de un libro hasta su puesta en circulación. Licitaciones, diseños de tapa e impresión, contratos de personal demandan un tiempo y un esfuerzo que los sellos comerciales allanan por completo. "En las universidades ganar dinero con la publicación de libros estaba mal visto hasta hace poco", comentan. Ese tabú empieza a romperse en beneficio de la construcción de catálogos. Las menos favorecidas se financian con fondos de programas de investigación o de ventas de apuntes.

Mónica Aguilar, responsable del equipo editorial de la Universidad de Quilmes, aporta algunos datos: "La editorial de la Unqui publica entre 25 y 30 títulos por año, y ya posee un catálogo vivo de más de 200 libros". Agrega que en los últimos años el porcentaje de recursos por ventas aumentó de un 20% a un 50%.

Libros insignia
"La edición universitaria en la Argentina debía aprovechar el proceso de polarización entre las editoriales multinacionales y las editoriales comerciales de capital nacional, que tienden cada vez más a dejar de lado libros de fondo, que necesitan publicar cada vez más best sellers que compitan contra los tanques de las corporaciones –dice Carlos Gazzera, director de Eduvim y coordinador de REUN–. La edición universitaria se debe ubicar en esas grietas, entre esos extremos, y construir desde allí un núcleo de fortaleza."

De cara al futuro, la REUN intentará consolidar el Foro Mundial de la Edición Universitaria en la Feria del Libro de Fráncfort y construir, junto con la Asociación de Editoriales Universitarias de América latina y el Caribe (Eulac), políticas regionales para la promoción del libro. La edición universitaria duplicó su producción respecto de 2010. Pasó de 1000 a 1903 novedades, con tiradas que van de los 200 a los 300 ejemplares. "En los próximos años alcanzaremos el umbral de los 350 o 400 ejemplares de promedio por título. Pasaremos de ser un puñado de editoriales con presencia en la cadena comercial a ser más de 20 sellos con distribución", comenta Gazzera.

La REUP (Red de Editoriales Universitarias Privadas) abarca 25 editoriales de instituciones universitarias privadas en la Argentina. Aunque muchos de los libros que publican aún se parecen más a materiales bibliográficos que a libros, hay algunas excepciones. Entre ellas, la Editorial de la Universidad Católica de Córdoba, que publica colecciones de interés general, como la de Arquitectos Cordobeses del Siglo XX, que está dirigida por el arquitecto José Santillán. Carla Slek, directora de publicaciones del sello, responde sobre los desafíos de las editoriales universitarias privadas. "El principal es la profesionalización. No es el único, pero es el que hace falta asumir, y para ello el trabajo en diálogo con otras editoriales universitarias agrupadas en la REUN es fundamental."

Editores de universidades públicas y privadas coinciden en que el paso obligatorio en la tarea de promoción cultural es convertir las editoriales universitarias en empresas competitivas dentro de un mercado concentrado, con profesionales capacitados en el cuidado del libro.


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