miércoles, 29 de julio de 2015

¡Claro! Si usted aparecer es más fácil.

La siguiente columna de María José Furió salió en El Trujamán, del 26 de julio pasado.

Pero, ¿se puede saber qué está diciendo?

Cuando vemos una película o serie de televisión en versión original con subtítulos, o asistimos a una conferencia con intérprete, o cuando leemos un libro en edición bilingüe, por poco que la versión original sea de un idioma con el que estemos familiarizados, los traductores tendemos a comparar la traducción con la que vamos componiendo mentalmente. Nos «hiere» más el error cuando se parte de idiomas occidentales con millones de hablantes y aparece en películas o documentos destinados a un público amplio. En definitiva, cuando esperamos un tratamiento profesional y sabemos que abundan los traductores expertos.

El traductor que yerra calamitosamente puede cubrirse la espalda de mil maneras —y a estas alturas todos conocemos mil excusas improbables—. En una película de espías pasmosamente aburrida de tópica trama internacional, en cierto momento el Servicio de Inteligencia británico recurre a un intérprete para traducir las palabras de los villanos rusos, que tienen retenida a la «chica» en un salón de un palazzo veneciano delante de una caja fuerte por abrir. Son las tantas de la noche cuando el intérprete italiano llega, despeinado y con la lengua fuera, al vaporetto donde los británicos tienen instalada su central de control. Aunque todas las pantallas repiten la misma escena: los elegantones mastodontes rusos apuntan con sus armas a la bella espía mientras ladran sus amenazas señalando con sus mandíbulas a la puerta cerrada de la caja fuerte, y el intérprete pregunta: «¿Me podrían dar algo de contexto?». No sé si su guionista tiene amigos o enemigos traductores, pero yo salvaría la película solo por ese chiste.

Ningún traductor mínimamente informado echa en falta el «contexto» en el cine francés de los sesenta. ¿Cómo se explica entonces el surrealista subtitulado de una película emblemática de la nouvelle vague, Cléo de 5 à 7 (1962), de Agnès Varda, que circula por videotecas y bibliotecas? En 2015, el Festival de Cannes le concede la Palma de Oro honorífica, situando su filmografía de nuevo en primera línea de interés. Varda narra dos horas en la vida de una famosa cantante que espera los resultados de unos análisis clínicos con un temido pronóstico de cáncer luego de consultar a una tarotista. La directora presenta los ambientes de un París espléndido en el primer día de verano y a la nueva generación que ella misma representa, en el despertar a un futuro que deja atrás las sombras de la posguerra pero encara el sinsentido de la guerra de Argelia. La protagonista, Corinne Marchand, y sus compañeros de reparto hablan —como buenos franceses— por los codos, pero los subtítulos no reproducen fielmente ni sus palabras ni su intención. La culpa no es aquí de ningún traductor automático sino de una versión que inventa un español imposible a partir ¡del portugués y del italiano!

Les cartes parlent si la consultante sort queda en «las cartas hablan mejor si usted aparecer».

Alors, ça ne va pas, ma petite dame? se traduce como «¿Qué acontece con ella?».

Faites-moi un petit sourire [vamos, una sonrisita] queda en «nos de un sorriso».

Las omisiones son significativas —aunque sepamos que el subtitulado debe adecuarse a la velocidad de lectura del espectador medio—, ya que pasan por alto el tono y los comentarios con que los diferentes personajes intentan rebajar las reacciones melodramáticas de la protagonista. A veces se omite información significativa o los guiños que un espectador español puede entender perfectamente, como cuando la madura asistente de la cantante conversa con el dueño del bar sobre la llantina de la joven. La mujer explica Je suis corse [soy corsa] antes de contar una historieta ejemplar sobre los azares de la salud, para sugerir que su origen la predispone a ser más firme y menos emotiva que Cléo.

La única explicación plausible es que en este subtitulado, obra de un extranjero, no se atiene a las reglas de concisión y adaptación para la lectura en pantalla sino que trataron de solventar el trámite de traducción porque se contrató para su distribución en un área lingüística determinada.

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