martes, 5 de julio de 2016

Los clientes evitan el cierre de una librería porteña

El 26 de junio pasado, el diario La Nación, de Buenos Aires, publicó sin firma la noticia de la reconversión en cooperativa de la librería Adán Buenosayres, evitando de ese modo su cierre. En la misma nota se lee lo que está ocurriendo con otras librerías de la ciudad y con las tiradas de los libros argentinos desde la asunción del actual gobierno argentino. 

La librería Adán Buenosayres no cierra: se convierte en una cooperativa

Hace 20 días la noticia conmovió a los amantes de la literatura y los románticos que aún sienten el placer de leer desde las páginas de un libro. "Cierra Adán Buenosayres", fueron las tres palabras que sintetizaron la crisis de una de las librerías más emblemáticas de la calle Corrientes, provocada por la asfixia económica de un combo letal: caída de las ventas y aumento de las tarifas.

Sin pensarlo, su propietario generó una respuesta inmediata en las redes sociales, el mismo ámbito donde hoy el clamor popular le pide a Lionel Messi que no renuncie a la selección. En el caso de la librería, fue el combustible que provocó la reacción y el cambio de opinión. Finalmente, el tradicional reducto permanecerá abierto, pero transformado en una cooperativa.

Así lo anunció David Esteban De Vita, el propietario de la librería situada en Corrientes 1671, por medio de las mismas vías de comunicación. "Esta etapa de construcción demanda que nos despojemos de los sayos de misas anteriores para crear la nueva liturgia", escribió en su perfil de Facebook. "La decisión está tomada. Adán Buenosayres Libros será un espacio más de la economía social. Daremos en adelante los pasos que sean necesarios para convertirnos en una cooperativa de trabajo. ¡Adán Buenosayres no cierra!", agregó en el mensaje.

El hasta ahora capitán del barco será un integrante más de la cooperativa de la que formarán parte los empleados del local (tres efectivos y otros cinco que se sumaban cuando se organizaban eventos o ferias especiales).

La reconversión fue la respuesta que esperaba el colectivo de lectores movilizado en las redes sociales cuando se hicieron públicas las ofertas por el cierre del local.

Tres ejemplares por $ 60 era una de las propuestas ofrecidas en los estantes de la librería colmada por nostálgicos del libro. Ellos, sin saberlo, se convirtieron en el salvataje del comercio que lleva el nombre de la novela de Leopoldo Marechal, una de las piezas más relevantes de la literatura argentina.

Crisis del rubro
"Los precios de los libros aumentaron y, al cambiar la composición de la canasta básica de la gente, los libros pasaron a ser secundarios –explicó oportunamente De Vita–. Por eso este espacio perdió sustentabilidad." A esa situación se le sumaron el tarifazo y los costos fijos mensuales que debe afrontar el reducto cultural.

Entre alquiler y expensas, Adán Buenosayres tiene un gasto de $ 50.000 mensuales, además de las cargas sociales de los empleados y sus respectivos haberes. Pero el principal motivo que originó el anuncio del cierre fue la caída de un 50% en las ventas.

La crisis no sólo afectó a las librerías de la calle Corrientes, muchas de las cuales comercializan ejemplares usados. Semanas atrás cerraron sus puertas Prometeo, en el barrio de Palermo, y la sucursal de Distal en Caballito, lo que puso en alerta al sector.

Hace quince días, un informe de la Cámara Argentina del Libro (CAL) sobre el estado de la industria editorial durante el primer cuatrimestre de 2016 reveló que las editoriales nacionales redujeron sus tiradas. Pero hubo un dato mucho más preocupante. Además de la cantidad de ejemplares, en mayo se redujo el número de novedades publicadas. La CAL sostuvo que, además de los cambios económicos, impactó que el Estado haya dejado de comprar libros como lo hacía hasta el año pasado.

"Para nosotros es una decisión muy dolorosa. Fui librero toda la vida y lo seguiré siendo aunque no tenga una librería", se lamentaba De Vita. Pero ahora podrá continuar con el negocio familiar que desde hace diez años funciona en el centro porteño, aunque antes pasó por otros barrios, como Villa Crespo.

La noticia se festejó en las redes sociales, convertidas en un nexo poderoso entre los lectores y Adán Buenosayres. "Siento mucha emoción con la noticia. Apoyaré en todo lo que pueda. ¡Gracias por la corajuda decisión!", respondió ayer Norma en Facebook. "Hay que inventarnos una historia para vivir", aportó Carlos. La noticia había sido compartida más de 140 veces.

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